Recorriendo nuestro camino interior a través de la carrera
Dicen, que los fondistas somos
personas “especiales” y nada mas alejado de la realidad, somos simplemente personas
con una fuerza de voluntad increíble, ya que los entrenamientos son muy largos
y en algunos casos, exigentes. Elegimos correr por que nos gusta, porque nos
hace sentir bien con uno mismo
¿Qué nos lleva tantas veces a
realizar nuestro entrenamiento después de largas jornadas laborales, con
lluvia, calor, viento, frío?
Somos los corredores de fondo unos
“LOCOS”, “SOLITARIOS” e ”
INCOMPRENDIDOS” por elección propia, nadie nos esta obligando a elegir esta
filosofía de vida.
En esta forma de entender la vida,
entran en juego otros muchos aspectos que son modificados de alguna manera por
la actividad deportiva. Desde la alimentación, el sueño, la actitud de enfrentarnos
ante nuestros problemas diarios, etc. Renunciamos en muchas ocasiones a
trasnochar, a horas que podríamos estar con nuestras familias y seres queridos,
a fiestas, a tiempo de descanso
Son muchas las personas que notan un
cambio personal en su forma de ver y afrontar la vida cuando inician la carrera
a pie
Por medio de esta actividad
encontramos una paz interior, reflexionamos acerca de temas que afectan a
nuestras vidas, que nos hace tener una visión diferente de los problemas que
surgen.
Correr muchas veces pasa a ser en la
vida del corredor algo imprescindible, necesario, y el día que no se realiza el
entrenamiento, se siente un vació, que puede llegar a afectar nuestro carácter.
Nos volvemos “adictos” a las endorfinas generadas durante la carrera a pie
Lo ideal es no obsesionarnos con
esta hermosa actividad y si, tomarla como algo que le da a nuestra vida
“CALIDAD” no solo física, sino también mental. Ya que correr en solitario, nos
da una sensación de soledad en la que nos encontrarnos con nosotros mismos, nos
da un goce único y eso se logra cuando los kilómetros fluyen, es lo que
conocemos en este mundillo como “the flow”. Es en ese momento donde descubrimos
nuevos caminos interiores y personales, sintiendo que esa soledad es hermosa y
enriquecedora desde todo punto de vista.
Amen, correr me da la vida.
ResponderEliminarAsi es,llevo en esto más de 30 años, he pasado por diversas etapas dependiendo de la edad.....pero, sin duda, la mejor es la de hacer kilómetros en soledad, encontrarte contigo mismo,disfrutando de tí y de el exterior que vas pasando..como dice Manuel...nos da la vida.Estupenda reflexión, un abrazo.
ResponderEliminarYo creo sin duda que nos hace mejores personas. Mu mujer a veces me dice "¿pero vas a correr ahora? ¿no decías que estabas cansado?" y yo le respondo "!justo popr eso salgo a correr".
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, se necesita "algo" para levantarte a las 7 a correr un día lluvioso de invierno, ese "algo" es que las sensaciones que tienes no te las aporta ninguna otra cosa que puedas hacer.
ResponderEliminarY no olvides ese complicidad que se da entre los corredores cuando tenemos la suerte de conocernos en persona... He vivido dos casos estos últimos días y han sido simplemente de los mejores días que recuerdo. Sí, somos diferentes... :)
ResponderEliminarNo creo que seamos de una especie aparte, simplemente el correr nos hace experimentar cosas diferentes. Cualquiera que se anime y se una a esta maravillosa actividad vivirá cosas similares. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminarBuena entrada compañero, esque hay dias que despues de un buen entreno.... esa sensación..... no se puede contar hay que vivirla....
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, eso sí, nadie puede negar que más que especiales lo que tenemos es un toque :)
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